lunes, 12 de diciembre de 2011

Lazos pensativos que se forman de hilo en hilo.


Cae la gota
la idea silenciosa
sobre unos cuantos cabellos,
haciéndole ritmo al tiempo y viéndose con ternura
atraviesa huesos, carne, tejido y materia.

Recorre el cerebro y se pierde
allí no encuentra nada, se marcha a donde filtran el agua 
y empieza a quitar nuestra sed.
Donde el tacto, el gusto, el sonido y el olor
pierden sinónimos
pero adquieren más significados.

A veces ríe 
siempre sueña.
A veces llega
y está dormida
Qué importa
                    tú la despiertas.

La gota de agua invisible
se hace inmune y clara en el espíritu poeta.

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