Cae la gota
la idea silenciosa
sobre unos cuantos cabellos,
haciéndole ritmo al tiempo y viéndose con ternura
atraviesa huesos, carne, tejido y materia.
Recorre el cerebro y se pierde
allí no encuentra nada, se marcha a donde filtran el agua
y empieza a quitar nuestra sed.
Donde el tacto, el gusto, el sonido y el olor
pierden sinónimos
pero adquieren más significados.
A veces ríe
siempre sueña.
A veces llega
y está dormida
Qué importa
tú la despiertas.
La gota de agua invisible
se hace inmune y clara en el espíritu poeta.
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